Kei Linch: “los que venimos de abajo, somos los que tenemos sueños más grandes y esas ganas de guerrear”

Tras un retiro sabático, la primera rapera colombiana firmada por Sony Music, quien ha grabado con artistas como Nanpa Básico y Francy, presenta el trabajo más inspirado de su carrera.
“Presumir es de las cosas que más me cuesta en la vida”, remarca Kei Linch, una mujer que – luego de participar en un reconocido reality y hacerse increíblemente viral por una parodia de Rosalía – logró construir una base de fanáticos que le permitieron alcanzar algunos de sus mayores sueños: ser la primera rapera colombiana firmada por Sony Music, aparecer como imagen de marcas de indumentaria como Nike y Tommy Hilfiger, comenzar a viajar por el mundo con sus canciones.
Karla Lucía Cajamarca es el alma del proyecto Kei Linch, alterego que adoptó a partir de la cariñosa manera en que la llamaba su abuela y con el que, poco a poco, se ha ido abriendo paso en la música latinoamericana. Con colaboraciones de artistas tan diversos como Akapellah, Nanpa Básico, César López (Poligamia) y hasta Francy, y con canciones que hablan de fronteo, de plata o de lujos, así como muchas canciones de hip hop. Pero también, de ser auténtico (“real”) y de otros ideales como la familia, los amigos o la integridad personal que lleva en el corazón, como si fueran tatuajes.
Lo que pasa es para Kei Linch el fronteo es una cuestión filosófica. Criada en una de las zonas más pobres de un pueblo llamado Madrid, que está ubicado muy cerca al corazón del departamento de Cundinamarca, la – en algún momento – también conocida como Anarkia entendió que el fronteo no solo nace del ego, sino de la necesidad de inspirar a otras personas con sueños parecidos a los que ella tuvo en algún momento. Cuando comenzó a escribir sus primeras canciones.
Este tipo de reflexiones son las que la llevaron a componer su EP Amor y Plata, que está principalmente inspirado en el Bronx neoyorquino – cuna indudable del hip hop global – y en una de sus mayores estrellas The Notorius BIG: “Para la gente que viene de abajo, esas dos cosas son el motor que nos impulsa todo el tiempo. El mundo se mueve así y pues estamos en búsqueda de esto”, remarca.
Algunas canciones de su EP Amor y Plata las trabajó con SOG, el reconocido productor paisa que se dio a conocer con los primeros palos de Ryan Castro y que ahora suma entre sus créditos a Blessd, DFZM, Juanes, Pipe Bueno y Anuel AA, entre otras figuras. Karla y él se han vuelto amigos. Su nuevo lanzamiento, “nitiwey”, donde también participaron los productores The Colombians y el artista urbano Totoy El Frío (recordado por “Poblado” y “sOLA”), también lo hicieron juntos.
Ser la primera rapera de una de las disqueras más grandes del planeta, en términos de promoción, no es fácil y tiene que ver mucho con hacer ejercicios de prueba y error, pero Kei Linch ha dado algunos pasos que parecen ser bastante acertados. Por ejemplo, semanas atrás abrió el concierto de Trueno en Bogotá, mejor dicho: movió cielo y tierra para conseguirlo.
Trueno es, quizá, la figura mainstream latina más parecida a ella. Viene del rap de calle, se hizo viral – en su caso fue por tener un freestyle (improvisación) con Bizarrap que superó hasta a uno lanzado por el propio Eminem – y fue también firmado por Sony Music. Además, probó canciones con artistas diversos como J Balvin, Randy y hasta Víctor Heredia (compositor de “Razón de Vivir” de Mercedes Sosa), para luego darse cuenta de que quería irse a las raíces del hip hop y triunfar con palos como “DANCE CRIP (homenaje a “Rappers Delight”, considerado como el primer éxito del hip hop mundial), “TRANKY FUNKY” o “REAL GANGSTA LOVE”.
Así que, aunque los haters de Kei Linch y algunos analistas de la industria musical no terminen de entenderla, no es descabellado pensar que la historia pueda repetirse. Solo que ahora, con una estrella femenina.
Dos de las canciones del último disco las hiciste con SOG, a quien muchos conocemos por canciones de reggaetón, ¿cómo comenzaste a grabar con él?
Bueno, ahorita tengo la fortuna de que mi equipo de trabajo es el mismo equipo que está manejando a SOG, entonces estamos súpercerquita y nos juntamos hace varios meses en Medellín, para hacer música en donde salieron como seis canciones. Junto a SOG y The Colombians. Creo que fue un dream team para mí, porque siempre había que querido hacer un junte así, con dos productores o con dos estilos.
SOG viene del rap, pero ahorita es mucho más mainstream y The Colombians es muy, muy rapero. Entonces, me pareció muy chimba juntar esos dos estilos y así nacieron “SUERTE” y “bby please”. Ahorita que organicé un poquito la cabeza y volví a lanzar música, porque desde Dulcinea que no sacaba música y llevaba como un año sin lanzar algo. Como que entendí Amor y Plata como esa otra entrega que quería hacer.
Para mí es un sonido en el cual uno no está acostumbrado a escuchar a SOG. Entonces siento que, conmigo y con él, se logra refrescar un poquito, pues, tanto el estilo de SOG, como el mío también. Estamos llegando a un punto muy bonito, para encontrar un camino y una identidad sonora mucho más clara para Kei Linch.
Me imagino que para él también es bonito, como tener esa oportunidad de hacer cosas más ligadas al rap y en este momento que es uno de los productores colombianos más relevantes del mainstream.
Sí, de hecho, está súper feliz. Ahorita acabé de llegar de una semana de estudio con él también. Estamos haciendo cosas distintas y él también me decía eso como que es chimba tener la oportunidad de hacer cosas que no está acostumbrado a hacer, porque la gente no lo conoce mucho con canciones que tengan ese color.
Amor y Plata es un disco mucho menos ecléctico que Dulcinea e incluso es un EP que no tiene casi colaboraciones, ¿qué significa para ti esta vuelta a las raíces y más aún de cara a lo que serán tus próximas canciones?
Dulcinea me dejó algo muy lindo, que es entender cómo puedo moverme, de qué soy capaz, también. Con Amor y Plata lo que quise hacer fue ir más hacia dentro y contar varias cosas que había estado viviendo durante el año, que le pasan a todo el mundo pero que tienen que ver con mi manera de desahogarme. Perdí amigos, perdí varia gente importante en mi vida y todo esto causó un montón de heridas.
Así que siento que Amor y Plata es ese punto donde entiendo que todo el tiempo estamos en búsqueda del amor y de la plata, y que para la gente que viene de abajo esas dos cosas son el motor que nos impulsa todo el tiempo. El mundo se mueve así y pues estamos en búsqueda de esto. Son dos discos muy distintos, pero siento Amor y Plata como un resumen de Dulcinea.
Me encantaría volver a hacer un álbum como Dulcinea, porque tiene un concepto, un montón de sonidos que me hacen sentir muy libre cuando estoy en tarima cantando. Pero, nada, siento que ahorita estoy en un proceso donde estoy disfrutándome el ahora y el paso a paso. A veces es hasta fastidioso planear. No quiero planear, si uno tiene una mente ansiosa no quiere saber del mañana, ni de lo que va a pasar allá. A veces incluso cuesta mucho vivir en el presente.
Tú no pareces ser persona de arrepentimientos, ni siquiera de lamentar errores, que suelen ser tan necesarios en la vida misma, pero sí me gustaría saber si cambiarías algunas de las decisiones que tomaste en Dulcinea. Algo así como si dijeras: ‘todo bien con esta canción, pero ahora entiendo que no era para mí’.
Hay canciones que uno escucha y dice como ‘bien, pero no volvería a hacer algo así’, porque siento que son cosas de una sola vez. En mi vida he tenido muchas de esas situaciones, como que me llega algo, lo pruebo y funciona, pero luego yo decido si quiero seguir estirándolo o no. Todo lo que existe dentro del universo de Dulcinea me gusta, muchísimo.
Por ejemplo, la ranchera. Es algo que amo mucho, pero ya existe ese tema y no creo que vuelva a hacer algo así.
¿Era más la oportunidad de grabar con Francy que el hacer una canción en ese género? ¿No?
Era más ella, una mujer que también me representa un montón. Para mí era un privilegio estar ahí en una canción con ella, pero son cosas que tienen que pasar, una sola vez y ya. Vamos con lo siguiente.
Más allá de lo entendible que resulta que un rapero quiera ir a hacer discos o videos a Nueva York o que se inspire en el Bronx, me gustaría preguntarte la razón personal por la que decidiste hacer Amor y Plata con estas influencias. También, qué artistas lo inspiraron.
Para mi fue un sueño haber conocido Nueva York y, también, lo elegimos como el sitio donde iba a pasar todo esto, porque allí nace el rap, nace el hip hop y quería ir a vivirme esa experiencia de caminar esas calles, de respirar ese entorno y entender en cómo era que vivían los raperos que admiro. Para Amor y Plata, en particular, me inspiré en The Notorius BIG, porque su manera de escribir, y su manera de decir las cosas en la música, me parece la más apropiada para hacer un disco así.
El man no le tenía miedo a hablar desde el ego. Porque hablar desde el ego, y desde lo inspiracional también, es muy necesario y siento que son cositas que se tenían que redimir en Amor y Plata. Traducir las canciones de él para mi es un viajesote. “Juicy”, por ejemplo, me parece una canción muy real, muy valiente y muy atrevida para lo que se venía escuchando en esa época también, porque fue uno de los poquitos que empezó a decir ese tipo de cosas en el rap [“Super Nintendo, Sega Genesis, cuando estaba quebrado nunca podía imaginar algo como esto” , una de sus frases].
Siento que aquí en Colombia le da miedo a uno, o a los raperos, decir o presumir de lo que se ha adquirido, ganado o merecido y siento que estoy pasando esa brecha porque eso es un limitante horrible con el que uno viene, porque se crio en ese mundo. Pero ya estoy en un punto donde digo ‘parce, si yo no soy, si yo no presumo, si no me siento orgullosa de lo mío, ¿cómo espero que el resto se sienta de la misma manera?’.
También es la forma de hacerlo. Uno te escucha en entrevistas o charla contigo y sabe que está esa necesidad de fronteo, pero tú no das la impresión de ser una persona materialista. ¿Cómo conectan esas dos personalidades y más ante el juicio del público de las redes sociales?
Presumir es de las cosas que más me cuesta en la vida. Por mi crianza, porque me crie en un lugar donde todo era muy bajo perfil y donde nunca hubo esa necesidad de creerse más que el otro por lo que se tenía, porque realmente no se tenía mucho tampoco.
Entonces, como que crecí con ese panorama limpio y ahorita cuando entro a este juego y empiezo a ganar cosas… yo soy de las personas que, como que llegan cosas y ‘bien, excelente, gracias vida’, y hasta ahí. Mientras que las personas de mi entorno me dicen: ‘Parce, esto es importante que lo cuentes’. Ya deja de ser solamente un logro mío y como que pasa a ser parte de una historia, dentro de un género del país.
Entonces siento que ha sido difícil encontrar esa manera de decir las cosas cuando uno no nació con eso, ni se crio con eso, pero para eso está mi música también. Lo que no digo en entrevistas o en mis redes, pues tengo la oportunidad de decirlo en mis canciones y siento que ese es el lugar correcto. Es difícil, siempre intento estar bajo perfil, pero hay cosas que merecen todo el reconocimiento… o el autoreconocimiento.
Tú hablas mucho de envidias, incluso “Kruela ≥:” está dedicada a tus haters y se siente muy genuina, como que habla de todas las críticas que has tenido que aguantar en la escena del rap colombiano. Pero creo también que debe haber gente que te aplaude por estar haciendo dinero y giras exitosas, que al verte sienten que ellos también pueden lograrlo.
Afortunadamente son más las cosas buenas que las malas siempre. Solo que uno es humano y las cosas malas lo bajonean un poco, pero en mi vida son más esos comentarios bonitos, en donde siento que ese tipo de comentarios también me obligan a mí a tener una responsabilidad muy grande de seguir haciendo las cosas bien y desde el amor, como lo he venido haciendo, sin aparentar, sin tener que fingir algo que no soy, sin tener que disfrazarme tampoco. Cada uno de esos comentarios me acerca más a mí y a mi fondo.
Aunque uno tenga el síndrome del impostor activado todo el tiempo, todo lo que se ha hecho ha sido válido. No solo para mi historia y para mi vida, sino para la realidad de un montón de gente que tal vez, como yo cuando era pequeña, ven alguien que la está rompiendo y piensan que es posible.
Siento que volverse una realidad, o una posibilidad, para las demás personas es de lo mejor que uno puede encontrar.
Además, tú eres la primera rapera colombiana firmada por Sony Music y estás, en cierto sentido, defendiendo la importancia de que también exista un rap latino mainstream y de alto impacto. ¿No? Un montón de pelados de barrio que han salido de la delincuencia pueden verte y pensar que también pueden ser grandes estrellas.
Claro, que se entienda que nosotros somos igual de válidos a los artistas de cualquier otro género y no es que por venir de abajo tenemos que mostrar que estamos viviendo en la miseria. Por venir de abajo no tenemos que conformarnos con poco. Nosotros, los que venimos de abajo, somos los que tenemos sueños más grandes y esas ganas de guerrear. Salir a rebuscarnos la nuestra.
Entonces hay que juntar todo esto y aprovecharlo, no hay que sentir miedo de soñar en grande, simplemente hay que salir a hacer. Y siento que eso es algo de lo que yo no era muy consciente al inicio, pero sí me he hecho consciente con el paso del tiempo y de cada cosita lograda. Es una bendición.
Hablemos de “nitiwey”, tu última canción, que parece dar un inicio a una nueva etapa, y de cómo conecta con todas tus canciones anteriores.
Viene “nitiwey” que es una colaboración con Totoy El Frio – uno de los artistas invitados en las dos versiones de “Poblado”, canción que estuvo en el Billboard Global 200 –, un artista que admiro un montón, con quien trabajamos esta canción con SOG y The Colombians. Siento que es muy cruda, muy mi estilo, aquí siento que no tuve que disfrazar absolutamente nada, que era como estar hablando con un pana.
La letra es muy sencilla, pero dice todo lo que quería decir y es un sonido distinto a lo que he venido haciendo también. Creo que “nitiway” abre otro abanico de sonidos y de posibilidades dentro del universo de Kei Linch, y que empieza una nueva etapa también.
¿Una etapa muy ligada al hip hop o una etapa que también puede ser muy ecléctica?
Siento que es una etapa muy ligada a Kei Linch. Vengo del hip hop, hago rap, amo todo este mundo, pero estoy en esta lucha de poder posicionar a Kei Linch como Kei Linch.
Lo que acabas de decir es perfecto para lo que te quiero preguntar ahora, porque al ver tu proceso pienso en el de Trueno. Él intentó muchas cosas, incluso hizo reggaetón, pero en algún momento consiguió un público masivo y muy conectado con sus raíces. ¿Crees que podrías tener un público así, más cercano a la música que llevas en el corazón?
Sin quererlo creo que lo he ido consiguiendo, desde el inicio. Porque la gente que ha estado desde entonces ha seguido mi proceso y ahora me sigue, pues, es un público tan variado que siempre que llegó a un show lo primero que hago es agradecerles: por ser distintos.
No es fácil ser distinto y siento que esa gente que está ahí se identifica conmigo por esa razón. Porque mi música puede permitirle ser como usted es, vestirse como le da la gana y hablar sin miedo al qué dirán. Siento que, si no hago música pensando en ellos y en esa obviedad, me estoy traicionando a mí misma.
Entonces, lo que viene de ahora en adelante es simplemente Kei Linch y, sin querer, siempre he odiado las etiquetas, en verdad muchísimo. Por eso mismo es natural que existan y por eso mismo se está haciendo un trabajo muy bonito, que es parte del proceso que estoy pasando, para llegar a quienes creen. Ese proceso me va a ayudar incluso a mí como persona, porque a veces yo ni sé quien soy.
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¿Pudiste conocer a Trueno? ¿De qué hablaron? Lo conocí hace años, una charla entre ustedes dos debe ser fascinante.
Y tenía muchas ganas de conocerlo, porque lo vi desde muy pequeño en este mundo. Él entiende de donde viene, tiene sus raíces, su familia – su padre es un rapero muy respetado en el underground llamado Pedro Peligro – y nada, simplemente le agradecí por la oportunidad.
Porque también, su público es un público que a mí me interesa, porque es algo que viene, que es de él. O sea, como que dejó de ser de nicho y pasó a estar ligado a él. A ser de Trueno. Siento que hay muchas similitudes en muchos sonidos, así que le agradecí por la oportunidad.
Obviamente hablamos de música y le pudimos mostrar artistas colombianos también. No sé, fue muchísimo más parche que otra cosa y espero tener la oportunidad de verlo de nuevo y poder estar en el estudio con él.
¿Cómo llegaste a abrir ese show? ¿Por qué pasó?
Manifestando (risas). Sony se puso la diez también y yo les dije que me encantaría abrir ese show, así que Mechas (Mercedes Montejo, Directora Ejecutiva de Sony Music para la Región Andina, radicada en Bogotá), mi reina, me llamo un día y… eso sí, me metió un susto muy hijuep…
Porque yo pensé que había hecho algo malo, ella estaba muy seria. Ya después me cambió la vuelta y me dijo: ‘parce, le va a abrir a Trueno’. Era la que tocaba.
Imaginemos que tienes la fórmula secreta para decidir cuál de tus canciones podría ser un éxito internacional, una lámpara de Aladino para pedir tu mayor éxito, ¿cómo tendría que sonar ese tema?
Es que todo el tiempo creo música pensando en eso, en qué es lo que me toca a mí. Pero sería algo, como un sonido que realmente proponga dentro de toda la industria, que no exista. Me gustaría llegar a ocupar ese espacio que ni siquiera se sabía que existía todavía. Tendría que ser algo que suene a mí y ya.
