Monsieur Periné: “ya que una guaracha generó tanta disonancia, pues vamos a ser disonantes”

Como abrebocas de su nuevo disco, presentan “Aguaráchate”, la canción que podría reimpulsar el estilo de electrónica que ya habían explorado en el remix de “Bailar Contigo” a escala internacional.
Hay una diferencia muy grande entre ser feliz y estar feliz, explica Catalina García, mientras brinda una explicación que es imposible desconectar del hecho de que su nuevo sencillo “Aguaráchate”, desde sus primeros segundos, ya está ofreciendo una lista tan ambiciosa como necesaria: la de las “instrucciones para ser feliz”. Trabajo duro, pero alguien tiene que hacerlo.
“Tenemos esa belleza de diferencias en nuestro en lenguaje y el estar es un momento, mientras que el ser es un proceso”, explica ella. Contextualizando, la que podría ser la frase más poderosa de toda la entrevista, una de esas que incluso podríamos enmarcar en un cuadrito. ¿Somos felices o estamos felices? ¿Qué significa ser feliz? Más adelante, la propia agrupación explicará que la segunda podría no ser la pregunta más adecuada.
“Aguárachate” no solo es la primera canción original – es decir, que no es un remix de otro tema – que Monsieur Periné lanza explorando la guaracha, aquel ritmo popularizado por grandes como Fumaratto o Cornetto, que tuvo uno de sus picos gracias a la canción “Pepas” de Farruko y actualmente ha abierto su propio camino en discotecas de todo el planeta. Sino que también es una declaración de principios, en la que la agrupación, famosa por haber sido disruptiva, tanto en su música como en la forma en que ha defendido sus ideales, le dice a los críticos de este género – amado por algunos y odiado por otros, quienes lo han tildado como una expresión sonora poco digna y propia de clases bajas – que se relajen, que bailen.
Porque el título de la canción también significa eso, ‘aguaracharse’ también tiene que ver con parcharse, relajarse y las, previamente mencionadas, instrucciones para ser feliz, también van en esa dirección de dejar las cosas ser, de no botarles tanta mente. Lo que Monsieur Periné siente que sí supuso una atadura en Bolero Apocalíptico, su disco anterior. Además, como García dirá en otra de las entrevistas que realizará el mismo día en que nos encontramos, la guaracha es el sonido del pueblo. Y ellos, así como le han cantado a la niña linda que se enamora, también le han cantado a la gente más humilde, a aquellos que quizás ni siquiera saben que existe una agrupación llamada Monsieur Periné.
Así que este es un lindo momento para entrevistarlos. Vienen de hacer algunos de los mayores éxitos de su carrera, algunos en compañía de colegas y amigos como Rawayana, Cimafunk o Pedro Capó; de recibir el premio a Mejor Álbum de Música Alternativa, con Bolero Apocalíptico, en los Latin Grammy de 2023 – el primer Latin Grammy lo habían ganado previamente en 2015 – y, lo más importante, de tener grandes momentos de introspección. Momentos, que les han ayudado a entender que lo mejor que pueden hacer en este punto de su carrera… es ‘aguaracharse’.
En 2021, en plena pandemia, recuerdo haberme encontrado a Catalina en Miami, cuando, sin prisas ni presiones, estaban comenzando a componer lo que terminó siendo Bolero Apocalíptico. Y si bien el disco tardó dos años más para salir, también funcionó como antesala a uno de los momentos más productivos de Monsieur Periné. ¿Qué aprendieron de todo este proceso?
Santiago Prieto: Yo siento que hay algo que es clave, que Cata también lo ha dicho en muchas entrevistas… creer en ti. Creer en nosotros. Siempre estamos en el rollo de inventarnos nueva música y transformarnos, y esa parte ha sido fundamental, la de aprender a confiar en lo que somos y lo que hacemos. Siento que el capítulo nuevo de esta música tiene mucho que ver.
Catalina García: Mirá, pues, Bolero Apocalíptico fue un disco que nos costó mucho emocionalmente, de mucho conflicto. Así como sugiere su nombre. Mucho drama y creo que se nos estaba olvidando gozarnos el proceso de la música, más allá de que sonara como algo que nos hacía decir: ‘me encanta esto, cómo suena esta vaina’. Porque cuando eres creador, y estás en constante ejercicio de tu oficio, pues, la creatividad llega, ya sea en borbotones o sea de a poco, la creatividad llega. Pero cuando se vuelve rígido el oficio, uno se empieza a sentir como enjaulado y yo me estaba sintiendo así.
Claramente hubo cosas que me gocé muchísimo, pero salí cuestionándome mucho por qué hago música. Yo no quiero hacer música para cumplir las expectativas de nadie. No puedo hacerlo. No puede ser así. Tengo que ir a la música que amo y a mí me genera sentido porque la gozo, porque me mueve, porque me sana. Que tu trabajo te permita cagarte de la risa, emocionarte genuinamente y sentirse en una libertad, como la que tenés cuando sos chiquito y estás jugando, eso ahora no pasa. La gente trabaja amargada.
Entonces tuve un momento donde fue como ‘un momentico, yo quiero hacer otra cosa’, que mi propósito realmente se alinee con ese resultado donde a la gente le da felicidad lo que hacemos.
¿Qué tanto les influye el exterior? Porque una cosa es la batalla interna contra las ansiedades que todos podemos tener en algún momento, pero la cuarentena en sí fue un momento bien raro. Incluso en el país estaban pasando muchas cosas que los interpelaron de forma muy directa en canciones como “Cumbia Valiente”…
Santiago Prieto: Y no han cambiado tanto, apocalíptico sigue siendo el panorama, pero no nos podemos quedar en eso. Al menos, desde donde nosotros estamos parados como músicos y creadores tenemos que llevar buena onda al mundo. Aun cuando el escenario siga siendo apocalíptico creo que no estamos parados en el conflicto y tenemos que trascender, llenar de amor las cosas y de gozo la vida, también cambiar el mundo.
Desde donde podamos, en nuestro caso haciendo música bacana que mueva el espíritu y el cuerpo de la gente, y también traer buenas canciones y buenas ideas a las personas.
Hablando de música bacana, me gustaría hablar de sus colegas de Rawayana, ya que uno de sus mayores éxitos de los últimos años lo hicieron con ellos y da la impresión de que todo artista que graba con ellos, lo hace de forma muy relajada y feliz. Mejor dicho, ¿cómo nació “Hora Loca”?
Catalina García: Con Rawa somos amigos hace mucho tiempo, yo creo que yo conocí a Beto, quizás en un Estéreo Picnic donde venía a cantar Natalia [Lafourcade] y ella nos invitó a los dos a cantar en su show. Ahí tuvimos la oportunidad de sentarnos a hablar, pero eso fue hace siete u ocho años. Hace rato.
Es una banda que tiene un recorrido muy similar al nuestro, incluso creo que arrancamos en el mismo año, en el 2007. Ellos, así como nosotros, tienen esa curiosidad por el contexto, por su folclor, por bacanearse. Han tenido ese recorrido de independencia, de pertenecer al universo alterlatino y todo este rollo. Y todos son un amor, unos bacanes. Hace varios años que nos conocemos y siempre que nos encontramos ha sido todo muy lindo: conversación, parche, enrumbarnos y siempre me habían invitado a cantar, pero además siempre habíamos dicho que teníamos que hacer nuestra música, porque tenemos empatía.
Era el 2022, finales creo, y nos íbamos a tocar al [festival] Cúsica en Venezuela y, pues, Rawayana también tocaba, así que le dije a Beto que creía que era el momento para que nos encontráramos allá, en un estudio, e hiciéramos algo. Y justo nos dijeron que estaban haciendo un álbum, nosotros les dijimos que también, así que fue cómo ‘veámonos, a ver qué pasa’. Entonces, Beto armó la sesión, con Manuel Lara, y con Fofo, que es el baterista, que es la otra mente creativa del parche, y nosotros. Nos fuimos pa’ allá y ellos ya habían armado como una base, el mood, como el beat de la canción, pero no había idea de nada más. Entonces, nos pusimos a conversar sobre en qué estamos, a qué queríamos invitar a la gente.
Les pregunto por la energía entre bandas, porque lo siento en la canción que hicieron con ustedes, pero también en la de Astropical y en la de Fonseca. Se nota como que es muy fácil conectar con Rawayana.
Catalina: Otra cosa que pasa es que también son contextos que convergen todo el tiempo, por ejemplo en nuestro caso una de las cosas que conversamos todo el tiempo es qué está pasando en Venezuela y qué está pasando en Colombia. Porque ellos están viviendo lo que nosotros vivimos hace 30 años, con una necesidad de migrar gigantesca.
¿Cuántos colombianos no se fueron a Venezuela? Incluso parte de mi familia. Entonces, siempre está ese recorrido y ese querer estar allá, el sentirse cerca pero a la vez no estar. Y entonces, de ahí también nace “Hora Loca”.
Fue muy bacano llevarle esa canción a esa comunidad que está tan mezclada, pero en la que hacemos parte del mismo territorio y compartimos dolores, distancias, familias. “Hora Loca” nace de ahí, del celebrar esos encuentros a distancia, pero al mismo tiempo tan cercanos.
Antes de pandemia, las giras eran muy pesadas. ¿No?
Catalina García: Las giras siempre son pesadas.
Santiago Prieto: Las giras siempre son pesadas, pero antes eran un poco más guerreras. Teníamos menos equipo y tocaba poner la atención en más cosas, entonces energéticamente eran más pesadas, en algunos temas. Entonces antes pasaban cosas como que había un ingeniero de monitores y no uno de sala, y al man le tocaba trabajar el doble. O nos tocaba a todos ayudar a cargar el camión y luego a bajar todo el backline, desmontarlo y cuando terminábamos de tocar subirlo de nuevo. Un trabajo que se dividía entre el ser músico y el ser técnico.
¿Les pasó que en algún momento dijeran ‘basta’ y tuvieran que entender que era hora de bajar un poco el ritmo de trabajo?
Catalina García: 100%. Yo creo que yo soy la que levanta la mano y dice ‘ey, un momento, ya’. Que habla de tomar vacaciones o de que no hagamos todo esto que no es necesario. Porque, de repente, un día estás en Bogotá, al siguiente día en Los Ángeles, luego en Brisbane, España y tu cuerpo se enloquece. Tu salud mental se afecta. Eso se ve muy chévere, muy ‘jajaja y ‘jijiji’, pero estás volando demasiadas horas, no duermes, no descansas y no hay una cotidianidad. No hay un arraigo.
Y para poder enriquecer la creatividad hay que parar, contemplar, descansar. Del estrés y de la toxicidad no florecen cosas… buenas!!! (risas).
El nuevo sencillo se llama “Aguaráchate” y lo primero que pensé, al escucharlo, es que todavía no hemos alcanzado el máximo potencial de la guaracha, más allá del éxito de canciones como “Pepas” de Farruko. Creo, incluso, que todavía es posible que ocurra. Incluso lo pensaba el año pasado, en uno de sus conciertos, cuando los veía cerrar con la versión de “Bailar Contigo” que tienen también en este género.
Catalina García: A nosotros nos pasó que cuando DJ Leeb hizo el remix de “Bailar Contigo, él lo hizo aparte, por otro lado, con una voz distinta. Y cuando llegó esa versión yo dije: ‘esto lo tenemos que grabar nosotros, hagamos una colaboración con este man’.
Los comentarios de la gente, que nos llegaban al respecto – de la primera versión –, eran como de personas que tenían un gran pudor por la guaracha, que nos preguntaban si habíamos escuchado eso, que, qué opinábamos. Nadie decía ‘qué chimba’, nadie decía ‘brutal’.
No había un primer valiente…
Catalina García: Se preguntaban qué iba a decir Monsieur Periné sobre esto y nosotros pensábamos: ‘vamos a tocarlo en vivo’. Y ese momento en el show es brutal, entonces por supuesto que ahora teníamos que hacer nuestra propia guaracha, que no fuera un remix. Ya que una guaracha generó tanta disonancia, pues vamos a hacer disonantes, que eso es lo que hemos sido de alguna manera.
A la final no importa, la música es todo y eso es lo que es bacano. Meterte en lugar que parecían incómodos y resultaron ser mucho más divertidos de lo que te imaginabas que iban a ser.
¿Cómo es la recepción de la versión guaracha de “Bailar Contigo” en Europa o Estados Unidos? ¿Hay gente que entiende el potencial de la guaracha o que, por lo menos, lo empieza a entender?
Santiago Prieto: Cuando suena en vivo no hay que entender, hay que gozar. Eso se mueve solito.
En estos tiempos tan hostiles, en los que todos hemos experimentado algún tipo de ansiedad, ¿qué significa ser feliz? ¿O qué han entendido en el camino de buscar su propia felicidad?
Santiago Prieto: En mi caso, creo que es aprender a vivir en paz, vivir en presencia y trabajar los apegos. Muchas cuestiones de la ansiedad tienen que ver con ‘me falta algo’, ‘no hice algo’ o ‘tengo culpa’. Estar en el pasado o en el futuro, de alguna forma, y para estar feliz también se requiere salud, por supuesto. 90% de salud, pero el otro 10% es tener una mente tranquila y en paz, que al final del día no necesita pensar en por qué no tengo el carro que se compró el vecino o vivir de la comparación con los demás. La idea del éxito es muy relativa.
Catalina García: Para mí, hacerse esa pregunta sobre la felicidad tiene dos caminos: uno es cuando quieres estar feliz y otro cuando quieres ser feliz. Tenemos esa belleza de diferencias en nuestro en lenguaje y el estar es un momento, mientras que el ser es un proceso.
Entonces, como que cada día está la posibilidad de preguntarnos si somos felices y quizás esa pregunta no te lleva a la inmediatez de la emoción, como cuando te metes un plon o te tomas un trago. Es como la inmediatez, cuando necesitas un like o estás esperando a que te respondan inmediatamente. Esa inmediatez nos tiene jodidos. En todo sentido. Todo lo queremos inmediato.
Y no, ¿sabes? El tiempo. El presente. Es como cuando te quitas el futuro o el pasado y simplemente estás en presencia. La mente se calla un poco, pero es difícil. En estar en paz, y disfrutando lo que está alrededor, creo que ahí es donde está el asunto de si eres feliz.
Por eso al principio les preguntaba por el proceso de las canciones, porque algo que me gusta decirle a mis amigos cuando tienen ansiedad es que es mejor parar y luego arrancar con toda. Es imposible tener energía y claridad si no se da el momento de parar… y eso les ha pasado a ustedes, que ahora están en una etapa bien prolífica de su carrera.
Catalina García: Es bacano salirse del intelecto de esa pregunta, de pensar cómo tiene que ser la felicidad, porque es una cuestión que tiene que ver más con la corporalidad. Con poder dormir o poder moverte, de bailar, todo eso, ¿sabes? Conectarte con otras cosas. Los animales lo tienen mucho más claro y en ese sentido están mucho más adelante que nosotros. Solo están en sufrimiento por pequeños momentos, de resto están en presencia.
La canción la produce Fux Beat, un productor puertorriqueño que trabajó en el álbum Dharma de Sebastián Yatra y es un tipo versátil que también ha hecho cosas con Major Lazer y L-Gante ¿Cómo diablos termina haciendo una guaracha?
Catalina García: Porque yo le dije (risas): ‘Bebé, quiero hacer una guaracha’. Y él me dijo: ‘qué es eso’.
La guaracha electrónica es algo que nace en Colombia, que se está haciendo en Colombia. Obviamente la han llevado a muchos lugares, Farruko y otros más han hecho algo. Pero hay todo un movimiento under de guaracha gigante, no solo en Colombia sino en lugares como España, México, es una vaina que ha crecido un montón. Este man también es DJ, no solo es productor, entonces él tiene esa callecita para poner a la gente a enfiestarse y a disfrutar.
Entonces, con él empezamos a entender qué es la guaracha, en ese sustrato de su beat y en las melodías chicludas. Hay una cosa ahí que se repite. Unos motivitos que son como, gritones. Para mí la guaracha es como medio gritona, es como que tiene eso.
¿Por qué él? ¿Son muy amigos?
Catalina García: Porque cuando yo me fui a Miami, y ahí vuelvo un poco a una parte de tu pregunta, que era sobre cómo el contexto afecta lo que uno hace; yo estuve un periodo, como de todo 2021 y una buena parte en 2022, viviendo allá. Por un lado, porque tenía un asunto personal allá, pero por otro lado quería desacomodarme un poco de cómo estaba haciendo música. Hacia dónde estaba mirando y qué era lo que me estaba importando tanto.
En medio de ese proceso de desacomodarme, también firmamos con 5020 (sello de Sony Music) y la sede es Miami. Así que me quería dar el chance de conocer qué era lo que estaba pasando en la ciudad. Más allá de cualquier prejuicio que pudiera existir con el sonido del reggaetón comercial de Miami, sino porque yo pensaba: ‘si conozco esta gente, ¿qué voy a poder hacer con ellos?, ¿qué puedo aportar yo a esa escena que pareciera tan alejada del universo de los cantautores?’.
Yo soy cantautora, pero yo me gozo la música urbana, la música electrónica, la música tropical… desde chiquita. A ver, Proyecto Uno, Tranx Factory Traxxx [famoso compilado de techno, que fue muy popular en los noventa], salsa, todo eso era lo que yo me gozaba chiquita. Entonces, yo llegué a Miami en plan de que quería conocer todo. No quería ser una prejuiciosa. Quería sentarme con todo el mundo a ver qué y en una de esas conocí a Fux, y el primer día en que lo conocí hicimos una canción que me encanta y que viene en camino…
De la que no vamos a hablar, supongo… (risas)
Catalina García: Exacto. Él fue una de esas personas que pudo tener todas esas cosas que un cantautor o músico prejuicioso habría rechazado. Es un tipo sentado en un computador, relajado, que no te está exigiendo nada. Ni diez mil acordes, ni un lenguaje no sé cual. Simplemente está bacaneado y de repente va a sacar lo mejor de ti, porque siento que ha sacado lo mejor de mí. Es una persona que le dio el sí a todo lo fue ocurriendo.
Creo que Bolero Apocalíptico es el mejor de sus álbumes o, por lo menos, el más robusto. El que, al ser el más reciente, parece haber reunido toda la experiencia de sus años de carrera. Y me pregunto, no tanto por los secretos que aún no se pueden contar del nuevo trabajo, sino por las sonoridades que están explorando. ¿Será tan ecléctico como el anterior?
Santiago Prieto: Hay mucha experimentación y si bien siempre la hay, también creo que el trabajo en equipo con Fux trae también una inyección de otras maneras de apropiarse o de crear la música. Por ejemplo, yo nunca había trabajado con Ableton y es otro proceso de producción muy diferente, de alguna forma, por ejemplo en comparación con Pro Tools, que implica grabar los instrumentos reales.
Tiene otras cosas, que le permiten a uno jugar con los colores de la producción musical y que se reflejan mucho en la música que suena más electrónica o que es más moderna. Y nosotros hemos sido una banda que ha sido más folk, por decirlo de alguna forma, y obviamente está esto, como en una canción que grabamos violín, tuba y otras vainas, pero en un escenario como más moderno. Siento que hay muy buen repertorio y muy buenas canciones. Además de varias colaboraciones interesantes, algunas soñadas para nosotros y que es un disco muy divertido, mucho más bailable y mucho más pop.
Catalina García: Yo siento que es un álbum más relajado, más parchado, donde nos van a sentir más cercanos. O, por lo menos, yo sí me siento mucho más yo, ¿sabes? Y eso ha sido como una instrucción, porque quiero explorar muchas más cosas de mí que quizás son como tan cotidianas, que a veces no las pongo allí, porque pareciera que no son lo suficientemente poéticas. Grandiosas. Intelectuales [pronuncia con tono de burla, como si estuviera enfatizando lo ridícula que puede resultar tanta exigencia].
Quiero quitarme esa huevonada de encima, quiero ser yo. Con mi acento y con mis palabras.