Gustav Söderström y Alex Söderström, reportarán directamente a Ek y se unirán al consejo de administración, sujeto a la aprobación de los accionistas.
Spotify pasó de ser una pequeña startup formada en Estocolmo, con una idea ambiciosa, a convertirse, en casi 20 años, en una plataforma global con 750 millones de usuarios, transformando la industria musical.
En ese contexto, dentro de la compañía, Daniel Ek ha expresado un gran orgullo por lo logrado colectivamente: una experiencia de usuario destacada, un negocio sólido y un equipo en constante superación. Logros que espera poder profundizar gracias al papel de Gustav Söderström (director de negocios) y Alex Söderström (director de producto y tecnología), quienes a partir de 2026 estarán a cargo de sus funciones actuales y considera listos para afrontar los próximos desafíos.
A lo largo de su carrera, Ek siempre ha considerado los puestos como misiones: ha tenido unas nueve misiones manteniendo el mismo cargo. Al principio, armaba muebles y negociaba los primeros acuerdos. Dirigía las finanzas, lideró las primeras etapas del producto y se encargó de las ventas y el marketing.
Asimismo, para la mayoría de los empleados, los cambios serán mínimos. Lo que variará será el tiempo y el enfoque de Daniel Ek, quien como presidente ejecutivo se centrará en temas estratégicos, asignación de capital, iniciativas normativas y decisiones clave para el futuro de Spotify. Gustav y Alex continuarán reportándole y colaborarán estrechamente con el consejo de administración. Este modelo europeo implica que Ek tendrá una participación más activa que la habitual en otros países.
Como resultado, la reorganización interna de la compañía sueca marca un punto de inflexión para Daniel Ek, quien se aleja de la gestión diaria para adoptar una mirada más estratégica. El cambio coincide con un hito histórico para Spotify: su primer año completo de rentabilidad, consolidando no solo su fortaleza como producto tecnológico, sino también como negocio global.
Para concluir, Daniel Ek planea impulsar la creación de nuevas empresas tecnológicas fuera de Europa, aunque de momento su prioridad seguirá siendo Spotify.
