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La música en vivo supera al cine y al deporte: el nuevo dominio global de los conciertos

  • Publicado noviembre 22, 2025
La música en vivo supera al cine y al deporte: el nuevo dominio global de los conciertos
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Un estudio global de Live Nation revela que los conciertos son hoy la forma de entretenimiento favorita y los reafirma como un motor cultural y económico sin precedentes.

El más reciente reporte Living for Live, realizado por Live Nation en 15 países, revela que los conciertos se han convertido en la forma de entretenimiento más valorada a nivel global, superando al deporte, al cine y al streaming. Con base a las respuestas de 40,000 personas, el estudio muestra un cambio profundo en la manera en que la audiencia invierte su tiempo, expresa su identidad y construye conexiones mediante experiencias en directo.

Casi 39 % de los encuestados afirma que, si pudiera quedarse con un solo tipo de entretenimiento para toda la vida, elegiría la música en vivo y el 70 % asegura que preferiría ver a su artista favorito en directo antes que tener relaciones sexuales. Mientras que para el 85 %, la música es una parte fundamental de su identidad y para el 84 % las experiencias en vivo son lo que más los hace sentir verdaderamente vivos. Aquello que se usa, se comparte y se vive en un concierto se ha convertido en una extensión personal y en un puente para conectar con otros.

Los conciertos se han convertido en experiencias centrales en la vida de las personas. La mayoría organiza su año según los shows que desea ver y una parte significativa se realiza tatuajes para recordarlos. Asistir a espectáculos fortalece los lazos familiares y motiva a los fans a viajar grandes distancias: en 2024 recorrieron unos 40 mil millones de millas a nivel global. Con lo que asistencia creció más del 30 % en Europa, Asia y Latinoamérica.

Además, la audiencia es cada vez más diversa: siete de cada diez escuchan artistas que cantan en otros idiomas y la mayoría considera que la música en vivo une a las personas a través de fronteras culturales.

El fenómeno de los conciertos también impulsa con fuerza la economía. La mayoría de los asistentes viaja cada año para ver espectáculos, lo que beneficia la hotelería, la gastronomía y el comercio local. Dinamismo que se refleja en impactos financieros de gran escala. Por ejemplo, la gira Live ’25 de Oasis generó cerca de 1 billón de libras en el Reino Unido e Irlanda, la gira de Beyoncé produjo 4.5 billones de dólares en Estados Unidos y la residencia de Bad Bunny aportó 200 millones de dólares en Puerto Rico.

En un entorno dominado por las pantallas, el público busca experiencias auténticas: la gran mayoría asiste a conciertos para vivir momentos reales y prioriza invertir en vivencias antes que en bienes materiales. Este cambio también ha impulsado la presencia y el impacto de las mujeres en la música en vivo. Con un amplio interés por eventos liderados por artistas femeninas, ellas están alcanzando hitos sin precedentes: la gira Cowboy Carter de Beyoncé es la más taquillera del género country, Olivia Rodrigo registró la mayor audiencia en Lollapalooza, Karol G batió récords de venta de entradas en España y Lady Gaga logró el concierto más multitudinario de una artista femenina en Brasil.

Los conciertos se han convertido en potentes plataformas de difusión digital. La gran mayoría del público comparte contenido en redes durante los eventos, convirtiendo los espectáculos en vivo en un canal de comunicación en rápido crecimiento. Para muchos jóvenes de la generación Z, publicar es parte central de la experiencia. Además, la audiencia revisita con frecuencia sus propios videos y consume transmisiones cuando no puede asistir. Así, lo que sucede en el escenario y entre los asistentes se transforma en una narrativa visual global que impulsa la economía de la atención.

En medio de este fenómeno, las marcas encuentran un escenario de alto impacto. El 97 % del público quiere que las marcas tengan un rol más relevante dentro de los conciertos. Los beneficios son claros: el 75 % valora más a la marca cuando participa en la experiencia, el 70 % incrementa su intención de compra y el 80 % termina sintiendo mayor afinidad hacia ella. La lealtad que surge en vivo no se compra; se genera en el momento y permanece en la memoria.

La música en vivo ha dejado de ser únicamente entretenimiento. Hoy es una pieza central de la cultura global y un espacio donde confluyen atención, lealtad e influencia. Lo que antes se entendía como espectáculo ahora funciona como infraestructura cultural.

Written By
Rodolfo Ovalle