Con más de 40 años de trayectoria y un éxito que les llegó en las últimas dos décadas, no solo han construido un legado, sino que lo han acercado a nuevas generaciones.
Tal como lo recordaba hace años un reconocido YouTuber en uno de sus videos, durante los primeros 21 años de El Cuarteto de Nos, Roberto Musso, su cantante, no vivió de la música, sino de la ingeniería de sistemas. Un detalle fundamental para entender cómo una agrupación que tiene más de cuatro décadas de trayectoria pudo alcanzar la fama recién en el año 2007 y, con el disco publicado entonces (Raro) y sus discos posteriores, convertirse en una de las agrupaciones vigentes más grandes del rock latinoamericano.
Adivinar las razones de su éxito no solo sería desacertado, sino atrevido e incluso podría sentirse como explicar los aciertos de la empresa Coca Cola. El Cuarteto de Nos ha trabajado duro, desarrollado un sonido único, compuesto letras – reflexivas, ingeniosas, melancólicas, irónicas, propositivas – que no se parecen a las de ninguno otro de sus colegas y además, quizás su éxito también esté relacionado con otro de sus mayores aciertos: que entendieron que América Latina es mucho más que sus ciudades capitales. Es decir, que han planteado su proyecto desde todo tipo de ópticas.
Por ejemplo, este primer tour de promoción para su nuevo álbum Puertas no solo los trajo a presentarse en el festival Rock Al Parque en Bogotá –ante 90.000 personas, luego de haber metido más de 13.000 al Movistar Arena a mediados del año pasado –, sino que también fue la excusa perfecta para incluir en su gira ciudades como Barranquilla, Bucaramanga, Ibagué, Pereira y Tunja. En enero vuelven y ya prometieron más ciudades intermedias.
Sus hits se acumulan por decenas: “Ya No Sé Qué Hacer Conmigo”, “Yendo A La Casa de Damián”, “Me Amo”, “Enamorado Tuyo”, “Lo Malo de Ser Bueno”, “El Hijo de Hernández”, “No Llora”, entre muchos otros más. Sus últimos discos han sido cortos, porque como cuenta su cantante, en esta entrevista para Billboard Colombia, la necesidad de estar girando – y llevando su música siempre a más ciudades intermedias de nuestro continente – los hace tener que componer de forma más práctica y concisa.
Al terminar esta entrevista queda claro que es imposible, en una conversación de minutos, descubrir si El Cuarteto de Nos se convirtió o no en la banda contemporánea más grande del rock latino o cuál es la fórmula mágica que deberían seguir sus colegas para replicar su éxito. Pero les aseguro que, por lo menos, acá van a encontrar las primeras pistas.
Sus últimos tres álbumes han sido de ocho o nueve canciones, ¿acaso sientes que la gente ya no está para discos largos o se trata de una especie de protesta ante una industria en la que cada vez se priorizan más los sencillos?
En realidad tiene su lógica, nosotros no hemos hecho discos de más canciones, porque no nos ha dado el tiempo físico de poder grabar antes de comenzar la siguiente gira. Entonces, ocho, nos parece un número de canciones que podemos trabajar bien, cada una, con un productor, y subir el estándar de cada disco. Teníamos dos opciones: hacer discos más cortos cada menos tiempo o discos más largos en un periodo más largo.
Puertas es el tercer disco que les produce Eduardo Cabra. ¿Qué los ha hecho sentir tan cómodos trabajando con él?
Sí mirá, en realidad hemos hecho discos coproducidos. La idea que tuvimos desde varios años atrás fue de no trabajar con un solo productor. De hecho, ahora trabajamos con dos productores, porque además de Eduardo Cabra estuvo Héctor Castillo, cada uno en distintas canciones.
Y con Eduardo ha habido una muy linda química en cuanto a la parte que tiene rítmica. Él tiene una visión del Cuarteto, desde un lugar mucho más geográfico, que hace que el sonido se sienta más enriquecido. Así que al tener varios productores lo que ha pasado en eso, que se graba en distintos países, con distintos equipos y ha sido una buena fórmula, que seguramente seguiremos repitiendo.
Esta pregunta puede cargarte de mucha responsabilidad, pero sabes que los tiempos cambian y pareciera como si ahora El Cuarteto de Nos fuera una de las bandas más grandes del rock latino, ¿A qué crees que se deba que tanta gente, en tantos lugares del continente, esté conectando con su música?
Yo creo que mucho de lo bueno que tiene El Cuarteto está en los shows en vivo, en el girar por Latinoamérica y que por eso hemos crecido paralelamente en varios países, no en uno en particular. Y, sobre todo, me da la impresión de que parte del éxito está en la conexión con el público joven. Hoy, nuestro público está en gran parte conformado por adolescentes menores de 20 años, pero sin perder las generaciones anteriores.
Eso le da una energía y una contemporaneidad muy fuerte, porque no es lo común y menos en el género del rock.
Lo busqué en el diccionario, pero jamás había escuchado el término ‘esplín’. ¿Cómo fue que terminaste titulando una canción de esa manera?
La palabra ‘esplín’ siempre me gustó a nivel sónico y a nivel conceptual. Entre una de sus acepciones significa una especie de melancolía, que la utilizó mucho Baudelaire en Las Flores del Mal y que me quedó desde ahí. Esa melancolía que no llega a ser depresión, pero que está ahí en el borde.
Me quedó sonando y cuando estaba escribiendo las letras de Puertas, que tienen mucho de arte surrealista en general y ahí me pareció que era el momento para desarrollarla como canción. Y es de mis favoritas, eh.
Cuando ustedes irrumpieron en el mainstream latino, por decirlo de alguna manera, lo hicieron con “Ya No Sé Qué Hacer Conmigo” y “Yendo A La Casa de Damián”, dos canciones bien raras para el rock en esa época. ¿Por qué crees que funcionaron?
Yo creo que justamente funcionaron porque eran raras (risas). Salían de lo común, dentro de una banda que hacía rock, pero que también tenía letras medio rapeadas. Letras largas que tenían mucho sentido además, que tenían ese misterio, que hacían que la gente se preguntará cosas como ‘¿quién es Damián?’ y por qué ese personaje va a tal lado.
Otra cosa que no fue menor, los videos. En esa época de videoclips en la que no estaba tan desarrollado el tema de las redes, ni por asomo, llamó la atención. Tanto ese video, que fue uno de los primeros videolyrics que hubo en el rock en español.
¿Qué tan difícil fue incorporar a su repertorio canciones como “No Llora”, “Mario Neta” o “Roberto”? Todas canciones que actualmente sentimos muy fieles a su sonido, pero que en maqueta seguramente se sentían muy distantes del sonido de El Cuarteto de Nos.
Es muy, muy, muy difícil. Nosotros lo llamamos una ingeniería de setlist y cuando más canciones van surgiendo, más complicado es. Pero como yo digo, las hermanas menores, tienen que salir y competir con sus hermanas mayores, que además de ser mayores son canciones muy exitosas. Se complica bastante, pero intentamos hacer un equilibrio.
¿Es posible que nosotros solo conozcamos el 10% de las canciones, o por lo menos de las letras, que habitan la cabeza de Roberto Musso?
Ojalá fuera así, porque me quedaría un 90% para escribir, pero no. Por lo general lo que me pasa es que el 100% está en el último disco, yo siempre arranco de la hoja en blanco, sin tener nada en el cajón, pero estaría bueno que fuera como vos decís.