Como una figura cada vez más influyente en Latinoamérica, la argentina rescata letras y sonidos de canciones clásicas, para remarcar mensajes que el rock ha repetido por años.
A fines de mayo, Marilina Bertoldi presentó Para Quien Trabajas Vol. 1, un disco que la crítica especializada argentina ha considerado uno de los mejores – quizás el mejor – de su carrera y la muestra en una faceta diferente. Por ejemplo, esas guitarras eléctricas que habían sido fundamentales en sus anteriores álbumes, ahora aparecen relegadas por sintetizadores, en el que también podría considerarse su álbum más pop.
Pero el disco sigue siendo de rock y sobre todo en lo que concierne a las letras. Bertoldi aprovecha la musicalidad y las frases de las canciones de los años ochenta y noventa, para actualizarlas, como si se estuviera preguntando por qué el rock contemporáneo tiene que volver a hacer las denuncias que ya se hicieron hace años.
Solo basta con que Marilina Bertoldi refiera la cero política frase “voy a la cocina, luego al comedor” – interpretada por Bersuit Vergarabat, original de Las Manos de Filippi –, para que cualquier argentino, o amante del rock argentino, se imagine las demás frases: “el presidente es el tipo que mantenga más tranquila a nuestra gente” o “te persiguen si sos p…, te persiguen si fumás…”.
Muchas declaraciones de Marilina Bertoldi suelen ser tendencia en los medios argentinos. Una de las más famosas es la que pronunció hace años, cuando dijo que primero era lesbiana y luego mujer, refiriéndose a los prejuicios de algunos sectores de la industria musical, donde le habrían cobrado duramente la decisión de expresar sus preferencias emocionales.
En entrevista con Billboard Colombia y con motivo del mes del Pride, Marilina Bertoldi no solo habló de su nuevo álbum y de su legado como una figura que cada vez se vuelve más influyente en el rock latinoamericano, sino que nos ayudó a entender, de mejor manera, el potencial existente entre las canciones que tienen un propósito.
Más aún, cuando dicho propósito es el de ayudar a otros. A fines de que puedan tener las herramientas necesarias para encontrar sus propias libertades.
Me gustaría preguntarte por las referencias que haces en tu último disco a artistas ahora clásicos del rock como The Smashing Pumpkins, Sumo o Bersuit, porque no se sienten como simples referencias ligadas a tus gustos musicales, sino como algo mucho más profundo. No es casual que un tema tan político como “Señor Cobranza” esté ahí.
Totalmente, las referencias no fueron elegidas por lo estético. Sino para, de algún modo, jugar con un deja vu, una sensación de decir “yo ya sé de qué me estás hablando”. Esto me trae una época a colación y me permite a mí no tener que extenderme tanto en explicar algunas cosas y poder hablar más desde las ironías.
También dejar ese espacio para que sea la gente la que rellene los espacios, sobre lo que puede ser o lo que le suena a cada uno. Me pareció muy lindo poder hacerlo.
Me encanta que hayas hablado de deja vu, porque lo que sentí al escuchar al disco, y conectarlo con estos tiempos, fue un poco como si tú nos estuvieras diciendo: “vean que el rock ya nos había advertido de esto”.
Es un poco el mensaje que está todo el tiempo en el disco, como que no puedo creer que todo esto está pasando de nuevo, que no pensé que íbamos a estar pasando nuevamente por esta situación.
Ligado a todo esto hay una canción maravillosa que es ”Autoestima”, que ha sido referida como una canción para abanderar el término, pero también funciona como una crítica al ego.
Yo siento que hay mucho de esto de que nos creemos mil, pero también está esta crítica, que me parecía muy importante decirla, de esto de que escupimos para arriba. Esto es Argentina, que no nos sorprenda esto que está pasando, porque fueron decisiones nuestras, así que creo que también hay una decisión de caer en la trampa y una necesidad de ese mea culpa que hay que hacer.
Me parecía muy lindo también hacerlo con Sumo (en la canción Bertoldi parafrasea una de las frases de su canción “Mejor No Hablar de Ciertas Cosas”). Un poco a modo de referencia, porque creo que el tono que ellos siempre usaron y las cosas que han dicho, así como la forma en que las han dicho, son perfectas, para decir algo que puede ser doloroso.
En el disco no termina de quedar claro quién es “El Gordo”, así que nos gustaría tener algún indicio para descifrar ese enigma, que también tienen algunos colegas periodistas que están hablando de tu disco.
Creo que es el video el que termina de completar un poco y de develar a quién me estoy refiriendo. “El Gordo” salió cuando estaba improvisando la melodía y me salió la letra en el momento, y ese es un término muy de cariño, más allá de que se pueda usar de distintas maneras. Decir que van a despertar al gordo es referir un término cariñoso, como para un familiar, alguien querido.
En “El Gordo” estoy hablando claramente del pueblo argentino. Como diciendo “no lo molesten, no hagas esto” y hablando un poco de cómo se repite la historia, porque esto no termina bien. Hay gente que muere siempre en estos procesos en que todo se descontrola y luego van a romper todo, te van a sacar de donde estás a rastras.
Es un poco hablar de eso, de gente acorralada y haciendo un llamado de atención, porque esto no va a terminar bien.
En Argentina, actualmente sos un referente del rock y del rock femenino, y ahora vas a hacer un concierto para miles de personas en un predio muy conocido. Además he visto que has tenido presentaciones en Chile, España y también estuviste el año pasado en Rock Al Parque, acá en Colombia. ¿Cómo ha sido el recibimiento en esos lugares?
Me pasa un poco que estoy empezando a dar unos pasos hacia afuera, porque recorrí el país durante toda mi carrera, algo que hice con mucho placer y con mucho gusto. Siento que soy una artista a la que le está yendo muy bien, pero que no soy mainstream y me gusta este lugar.
Cuando empiezo a ir para afuera siento que, a diferencia de lo que yo esperaba, teniendo en cuenta que a lo que a mí me interesa es principalmente Latinoamérica, siento que tenemos historias en común. Con distintas maneras, con distintos nombres, pero sí siento que tenemos una historia contada de la misma manera.
Entonces creo que hay cosas que yo vengo a contarle a personas de otros países desde mi lugar y que yo vengo a contarles quien soy, cómo vivimos, cómo hablamos, cómo padecemos las cosas. Creo que en ese intercambio hay ciertas cosas que se repiten.
Tengo que preguntarte también por el legado de tu hermana Lula Bertoldi y por su banda Eruca Sativa, no tanto por la cuestión familiar, sino porque siento que junto con Aterciopelados, en momentos muy diferentes, fueron agrupaciones con cantantes mujeres que abrieron muchas puertas para las artistas de rock del continente.
Eruca Sativa fue una banda muy importante cuando salió y además tenés como elemento, que lo siguen teniendo, de lo que es en vivo. Vos los ves y es increíble ver como tocan. Son de esas bandas que no necesitan nada de esas cosas que se usan ahora en esta época, los fuegos artificiales, llamémoslos. A ellos los ponés a tocar en cualquier lado, con cualquier cosa y la descosen.
Ver a dos minas en frente (la otra es la bajista Brenda Martin) haciendo ese estilo tan rabioso fue, para todos nosotros, algo que hizo que nos preguntáramos qué estaba pasando.
Hicieron todo un recorrido en una época post-Cromagnon (una época en la que para las bandas era difícil encontrar espacios para tocar, luego de un incendio en un concierto, donde fallecieron casi 200 personas). Además abrieron puertas para mucha gente y generaron un circuito, que luego comenzaron a recorrer muchas bandas. También despertaron un público que estaba dormido, de escuchar a gente de su mismo país, para mí fue una de las grandes bandas que cambió todo.
¿Fue esta la época en que salió esta ley que pedía un mínimo de artistas mujeres en los festivales de rock?
Fue previo a eso, pero sí es verdad que cuando apareció todo este debate del cupo femenino Eruca Sativa fue una banda que lo superdefendió y estuvo muy presente en ese debate.
¿Tenés otras referentes femeninas que te hayan inspirado a hacer rock y sientas que hayan abierto puertas en América Latina?
María Gabriela Epumer, porque creo que ver una mujer haciendo sus discos, encargada de la producción y tocando la guitarra, para mí fue sorprendente, hizo que se me volara la cabeza. Me parece que fue supercontundente su presencia. Fabiana Cantilo, obviamente, es una de las voces que más me genera sensación de hogar, una voz que me da mucha paz y me pone la piel de gallina.
Y después, para mí, hay alguien que es la gran artista, que cuando apareció a mí me destruyó y que me hizo sentir que su disco fue uno de los grandes discos del rock de ese momento: Shakira. Cuando apareció, yo no podía creer que la gente no viera que eso era rock y que era superdisruptivo, más allá de que estuviera condicionado por tener la tapa rosa o que se lo considerara pop. No importa, no es grave.
Incluso ya fue si es pop o si es rock, pero me pareció completamente disruptivo una mina que escriba de esa manera sobre sus vivencias, que diga las cosas que decía… a mí me cambió la vida. Fue un antes y un después para todas.
¿Qué percepción tienes de cómo se vive el rock en Colombia? Me imagino que sabes que este es un país donde se consume mucho rock argentino.
En el momento de empezar a hablar sobre donde creía que podía ir a conquistar, a ver si nos ganábamos algún público de otras partes de Latinoamérica haciendo rock, uno de los países que más mencionamos fue Colombia. Como un país que no solo aprecia nuestro rock, sino el rock en general y eso me parece espectacular. Lo agradezco mucho, porque vengo de un país donde eso pasa, pero en el medio es como que se han comenzado a apagar esos bombillos.
Sí tengo muchas ganas de ir, si bien ya fui una vez (Rock Al Parque 2024), quiero seguir insistiendo.
Una colega que admiro de Billboard Argentina hace días te preguntaba por la canción “Monstruos”, que habla del lesbicidio de las mujeres que fueron quemadas vivas el año pasado en Buenos Aires. ¿Cómo ves estos tiempos tan hostiles para la comunidad LGTBTIQ+ y más siendo una artista que parece buscar que su música sirva como un muro de contención emocional ante este tipo de crímenes?
Desde la comunidad LGTBIQ+, lo que me pasa es que siento que la música a nosotros nos da mucha identidad y una razón de encontrarnos. Creo que estamos en un momento en el cual los elementos que nos daban como mucha identidad, ahora están muy tomados por el mainstream, y que está empezando a pasar mucho más que antes.
Creo que estamos apoyando a muchos artistas heterosexuales que levantan estas banderas y me gusta mucho que esto esté pasando, pero me gustaría que también empezara a pasar un poco que apoyáramos más a artistas de la Comunidad y que toda esa tracción que tiene el público queer, en cuanto a mercado, empieza a llevar un poco de esa agua a nuestro puerto.
Para que muchos artistas que existen tengan una mayor visibilidad y un trabajo en cualquier cosa que quieran hacer, que puedan decir cosas, que empiecen a pasar cosas. Creo que la posibilidad de manifestarnos y no solo divertirnos es una postura que podemos comenzar a tomar. Estamos en una época en la que estamos ganando mucho, aunque ahora vengan a tirarnos para atrás, me parece que estamos ganando a más no poder.
Me parece bien chévere que digas eso, porque también hay quienes dicen que estamos en retroceso y que ahora se tienen que volver a dar batallas que parecían ganadas. Es bien esperanzador.
Totalmente, yo noto los cambios, los cambios que están sucediendo son reales.