Mauro Castillo presenta ‘Live From The White House’, el disco que compila su histórica presentación de 2024

Cortesía Prensa Mauro Castillo

Recordado por su canción en la película Encanto de Disney y su carrera como solista, ahora lanza la grabación del concierto que lo convirtió en el primer afrolatino que cantó en la Casa Blanca.

Para cuando salió la exitosa canción “No Se Habla de Bruno”, una de las más importantes de la película Encanto, que Disney presentó en 2022 como la primera inspirada en Colombia – y la responsable de convertir a Mauro Castillo en una estrella internacional –, nuestro país ya había escuchado su nombre en múltiples ocasiones: su paso por Grupo Niche, su actuación en la producción audiovisual El Joe, La Leyenda del Canal RCN y por éxitos de su repertorio solista como “Viene y se Va”, que han sonado incansablemente en radios y discotecas colombianas. 

La canción de Disney, donde participa junto a otras figuras como la cantante Carolina Gaitán, fue la que lo hizo un personaje reconocido en Estados Unidos. Pero lo que podría sentirse como un golpe de suerte – con una canción grabada en más de 45 idiomas –, en realidad era el fruto de toda una vida de trabajo, porque Mauro Castillo, quien acaba de cumplir 47 años, comenzó a tomarse en serio la vida de músico desde muy pequeño. Más precisamente a los 11 años, cuando le dieron la oportunidad de cantar en una orquesta y, con un talento innato, comenzó a brillar. 

De ahí dio el salto a la orquesta de la Policía Nacional y otros proyectos como Quinto Piso, que antecedieron su llegada al Grupo Niche, donde habría sido invitado por el legendario director Jairo Varela, miembro fundador. Su carrera como solista comenzó en 2011, cuando presentó su álbum debut llamado Baila Salsa

Un disco que además de los éxitos “Viene y Se Va” o “Te Equivocas”, también tenía la canción “El Alboroto”, que meses más tarde presentaría en versión remix con Goyo de ChocQuibTown. 

Una carrera constante, varios premios Petronio Álvarez (festival anual de la música del Pacífico colombiano) y colaboraciones con artistas como Grupo Galé, Alquimia La Sonora del XXI o Jhon Alex Castaño le han ido abriendo puertas tanto a nivel nacional como internacional. En este contexto le llegó su participación en la película de Disney, que él entiende como el logro que le abrió muchas de las puertas que ha cruzado en los últimos tres o cuatro años. 

Una de ellas fue la posibilidad de convertirse en el primer afrolatino que cantó en la Casa Blanca, presentación que ocurrió en febrero del 2024, luego de una invitación inesperada. Para Castillo el evento no solo fue la oportunidad de cantar, de representar a su raza y a Latinoamérica, sino de utilizar ese espacio para hablar de migración, tanto la de los latinos que llegan Estados Unidos, como la que, según él, estamos haciendo todos los seres humanos. En parte por nuestra relación con las redes sociales.

Días atrás lanzó la grabación del disco en plataformas digitales, un trabajo llamado Live From The White House, que presentará dentro de pocos días en formato video a través de YouTube y con un vinilo con exclusivas fotografías que será publicado en julio. 

La presentación de Mauro Castillo en ese lugar también reviste importancia, porque fue la primera de un artista de salsa en aproximadamente quince años, desde cuando el presidente de entonces Barack Obama (y su esposa, la primera dama Michelle Obama), recibieron la visita de Gloria Estefan. Evento que también contó con el salsero Marc Anthony entre los asistentes. 

¿En qué anda Mauro Castillo en estos momentos? Publicaste tu último disco en 2022 y un EP el año pasado, así que ayúdanos a entender en qué contexto sale este concierto en la Casa Blanca que estás presentando. 

Sí, el año pasado publiqué ese pequeño disco que se llamó Desengaños, que era un trabajo en donde hablaba de historias de amor, porque en mi carrera yo tengo varios públicos. Hay quienes me conocen por lo que hice con el Grupo Niche, como cantante pues, porque en ahí yo toqué trombón, toqué percusión… como que tuve la fortuna de estar en las tres secciones de la banda. Gracias a eso la gente me pide mucho de ese tipo de material, que a mí también me gusta, canciones muy románticas.  

Antes de eso también hice el disco que mencionaste, Inteligencia Artificial, que habla de nuestra relación con la tecnología y las consecuencias que tiene en nuestra mente. Por eso el concierto en la Casa Blanca comienza con dos canciones de ese álbum.

¿Cómo llegas a ser el primer cantante afrolatino invitado por la Casa Blanca y cómo fuiste planeando el concierto que diste allá? 

Meses antes del concierto yo estaba Aspen (Colorado), en un festival de latinos y allá había un portavoz de la Casa Blanca, y el tipo dijo “¿qué es esto tan interesante?”. 

Yo estudié opera en la Universidad del Valle y para entonces ya había tenido la oportunidad de tocar con – el pianista chino – Lang Lang en Broadway, en New York, así que me pareció interesante arrancar el concierto con una obra para tenor y marimba de chonta, lo que hace parte de mi crecimiento como músico y de mi identidad. Me gustan las fusiones de estilos y gracias a eso me gané tres premios del festival de música del Pacifico colombiano Petronio Álvarez. Pero siempre he tenido ese sonido en mi cabeza y en mi corazón, así que pensé en contar la realidad de la migración, pero no tanto desde el sentido político, sino mostrando una cosa un poco más social.

En el sentido de que en estos momentos vos podés tener un ideal, para llegar a realizar ciertos sueños, pero cuando llegas a la digitalidad, muchas veces te deshumaniza. No solo se trata de la migración de quienes pasan por el tapón del Darién, sino esa migración que hacemos cuando cambiamos como seres humanos. 

Precisamente en una parte del concierto hablas de la idealización digital, para dar paso a una versión propia de “Breakfast In América” de Supertramp. ¿Por qué elegiste esa canción para incluir en tu repertorio en la Casa Blanca?

Porque precisamente trata de esa ingenuidad que nosotros tenemos, de esa búsqueda por lo que no hemos conseguido y lo que creemos que nos va a completar. Precisamente Inteligencia Artificial es un relato, un álbum donde todas las canciones van conectadas. 

El que pasa por el Tapón del Darién quiere llegar y decir: “coroné, acá voy a desayunar rico, están los mejores convertibles, esta es la vida que me merezco”. También es producto de esa desinformación, que nos ha hecho creer por lo que vemos en el celular que en Estados Unidos todo es más fácil, que es lo que dice otra de las canciones del concierto, “Al Otro Lado”. Y se conecta con “Breakfast In America”, porque ambas hablan de ese marco cuasipornográfico en el que nos tienen metidos. 

Lo que quiero mostrar con este disco es que la marimba existe, que los afrocolombianos existen, que los afrolatinos estamos ahí. 

Cortesía Prensa Mauro Castillo

Se siente un sentido político en la elección de canciones y, si bien tal vez este no sea el término más adecuado, sí parece haber una declaración de principios en el hecho de que una de las canciones haya sido “Rebelión” de Joe Arroyo, un himno afrolatino por excelencia.

Nada más especial que contar, en solo unos minutos, un poco del sentir actual de las personas y de cómo se sienten reflejadas en un par de ejercicios artísticos que hice, como el de Disney. Porque, por ejemplo, Bruno es un muñeco (caricatura) y me escribían de Honduras, Guatemala, República Dominicana, México diciéndome que se sentían representados. Me daba mucha alegría, pero al mismo tiempo como que me sorprendía que se sintieran tan contentos solo por un dibujo animado. 

¿Pero cuánto tiempo hemos esperado para que suceda algo, que sirva también para mostrar esa parte afro de Latinoamérica? Y sobre todo en ese marco, donde por primera vez en la historia de los Estados Unidos la Casa Blanca llama, nos hace un homenaje a los afrolatinos y donde reconoce su aporte en la construcción del país…

Hace poco hablé con una gente que es muy cercana a la cultura latina, pero que no es latina y les conté que había tocado esa canción que dice “no le pegue a la negra” y me decían que no podía ser, que yo hubiera cantado eso en una casa hecha por personas esclavizadas. Como que retumbó, vos vieras las personas que estaban ahí: académicos, gente del entretenimiento y de un montón de lugares llenos de júbilo, porque esto sucedió. 

Si bien una de las mayores lecciones de Encanto es que “No Se Habla de Bruno”, recién mencionabas esta canción y tengo que preguntarte si de alguna manera fue la que posibilitó tu presentación en la Casa Blanca. 

Así es, por supuesto. Porque a raíz de “No Se Habla de Bruno” la gente ya no solo me vio como un afro, un colombiano o un latino más. Sino que al conocerte entienden el gran valor que hay en esto y lo que se estaban perdiendo. ¿Qué hace que yo llegue a esta obra con marimbas dándolo todo? Es también mi intención de que en Estados Unidos sepan que aquí existe la academia. 

A mí me gusta mostrar que desde cualquier lugar del mundo se pueden hacer las cosas en un nivel muy alto y, a veces, yo sí quiero representar a la gente que ha tenido un proceso de educación, que ha tenido el potencial para llevar sus cualidades a otros niveles, pero que no siempre ha tenido las oportunidades. 

Hay quienes han vendido muchos discos, pero en cuestiones de arte se han quedado cortos y por eso yo quiero representar a quienes tratan de hacer otro tipo de música. Por eso quiero que cuando me vean digan “este man tocó con uno de los pianistas más prolijos del mundo” (Lang Lang), al igual que Edmar Castañeda, quien le está dando la vuelta al mundo con el arpa. 

Hace días publicaste el disco en plataformas, pero ahora vas a lanzar el vinilo con la grabación audiovisual. Cuando uno habla contigo se siente que hay un gran sentimiento de responsabilidad, como si te preocuparas por estar a la altura de lo que significa ser un representante afrolatino…

Me parece que querer un plan es una gran irresponsabilidad y es una conversación que he tenido conmigo desde hace tiempo, que me ha llevado a sentir que tengo que seguir con las herramientas que he conseguido y simplemente hacer lo que yo hago. ¿No sé si te acuerdas de una escena del Guasón en la película del Caballero de la Noche? Donde a él le preguntan algo así como “hermano, usted por qué hace tantas pendejadas” y el responde simplemente que él hace cosas, mientras que el resto de personas van por la vida con un plan.  

Creo que ese hacer cosas ya habla de dónde vengo, lo que ha pasado conmigo y también funciona como una señal de respeto hacia todos esos artistas de músicas distintas, porque a mí me gusta mucho hacer funciones. Creo que hacer cosas distintas es lo que te pone en ciertos lugares y yo podría decir que soy un representante que empuja. 

Pero es más bien como cuando te cortás un dedo, que no estás todos los días pendiente a la evolución de la cicatrización de esa herida. 

Cortesía Prensa Mauro Castillo

Convengamos también que siendo vos un tipo de un talento y una versatilidad increíbles, también tuviste mucha suerte. Era imposible adivinar que “No Se Habla de Bruno” iba a ser tan gigante a nivel mundial y que te pondría en un lugar que jamás imaginaste. 

Siento que hay una responsabilidad para todo en estos días, una necesidad de demostrar qué es lo que hay que hacer. Cuando estábamos nominados a los American Music Awards había un homenaje a Lionel Richie y el tipo decía que lo más importante es tener una llama y que eso sea una luz para los demás, para que puedas inspirar a otros que lo puedan a hacer. 

También has inspirado a otros con tu fundación La Puerta Music, donde sos el fundador. ¿No?

Sí, lo que hacemos es investigar nuevas maneras de enseñar, sin que la gente se sienta muy alejada de su raíz. Porque he encontrado mucha gente que se desmotiva porque siente que los grandes estudios de la música mundial no tienen que ver con su cultura.

Y esto también lo he encontrado en elementos como la física, entonces cuando yo comienzo a explicar cómo funciona la tensión de cuerdas, de cómo se empiezan a doblar los armónicos y que de ahí sale el blues o salen músicas indígenas, de una vaina que es física… la gente entiende que tiene que poner cuidado ahí.

La idea siempre es unir y que las personas tengan ese matrimonio entre lo que ya está establecido con lo que el corazón de Latinoamérica, de la tierra, de la selva, del río tiene para darle al mundo.

Cortesía Prensa Mauro Castillo
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