SHELLA: la caleña que explora los sonidos de sus veintes, respaldada por músicos de Juanes y Chayanne

Además de tener grandes intérpretes en su banda, también ha trabajado con María Paula Mariño, quien participó en labores de ingeniería en el último disco de Arcade Fire.
Desde pequeña, Isabella Cabal, más conocida como SHELLA, encontró en la música su manera de expresarse. Sus recuerdos de infancia están marcados por las guitarras y armónicas de su abuelo, los ensayos familiares de sus tíos y las serenatas improvisadas en reuniones. Esa herencia musical se convirtió en un motor que la llevó a explorar el canto, la danza y la actuación desde temprana edad.
Ahora, a sus 23 años y con formación académica en Loyola University (Nueva Orleans), y un proyecto en desarrollo desde Miami; SHELLA está consolidando una propuesta que mezcla pop, bolero, salsa y sonidos acústicos, todo dentro de un mismo universo narrativo: el tránsito por sus años veinte.
Durante sus años de estudio en Estados Unidos, SHELLA conoció a María Paula Mariño, una productora bogotana que participó como asistente de ingeniería en canciones de Pink Elephant, el nuevo disco de Arcade Fire.
El encuentro derivó en su primer EP, (4.M.) OR, un trabajo que partió como tesis de grado de Mariño, pero que terminó siendo un laboratorio creativo en el que ambas construyeron canciones que hablaban de desamor y sanación. Un proceso que incluyó largas noches en estudios y sesiones donde la composición se mezclaba con conversaciones personales.
Donde canciones como «YA NO VA1ES NADA», «SURF2TA», «CASA <3» y «S4NÁNDOME» reflejan esa vulnerabilidad: del desengaño a la reconstrucción emocional. SHELLA recuerda que muchas veces trabajaban con recursos limitados, pero que la experiencia fue fundamental para entender la disciplina detrás de un proyecto musical y la importancia de trabajar con productores que aportan desde lo sonoro y lo emocional.
Ahora, radicada en Miami, SHELLA trabaja en su primer álbum con el productor Fernando Abadía. El disco tiene un concepto claro: retratar los años veinte como una etapa de contrastes. “Quiero que este álbum sea como un diario musical de lo que significa tener veinte años: la vulnerabilidad, la intensidad, la fuerza y todo lo que se siente en este momento de la vida”, dice.
El equipo detrás del álbum incluye músicos de amplia trayectoria en la música latina: Richard Bravo, baterista de Juanes, y Pedro Navarro, guitarrista que acompañó a Chayanne por más de 15 años. Estas colaboraciones, según la artista, le han permitido dar un salto de calidad en su propuesta y acercarse a un nivel de producción que conecta con la industria internacional.
En cuanto al sonido, no se limita a un solo género: “la base es el pop, pero me gusta moverme: hay salsa, bolero, bossa nova y hasta rumba española. Así soy yo, no quiero que mi música esté encasillada en una sola cosa”, asegura.
Su próximo sencillo, “Buen Pronóstico», previsto para diciembre, es una salsa con tintes de bossanova. “Es una canción que me conecta directamente con Cali, con lo que significa para mí la salsa. Es una canción de amor, pero también un homenaje a mis raíces”, afirma.
SHELLA planea lanzar su álbum de manera progresiva, sencillo por sencillo, hasta completar el proyecto conceptual que presentará en 2026. Cada canción llevará un título de dos palabras, y la obra completa cerrará con un tema que resume el concepto: “Los 20”.
El reto, según cuenta, será mostrar a la audiencia y a los algoritmos de las plataformas una propuesta que no responde a un solo género, sino que transita por varios. Sin embargo, para ella, esa es la esencia de su proyecto: experimentar, explorar y compartir la complejidad de una etapa vital que no puede resumirse en un único sonido.