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El síndrome de Stendhal que unió a Ozuna y Beéle en un álbum: ‘Todo lo que hicimos estaba dentro de los parámetros del peligro’

  • Publicado diciembre 17, 2025
El síndrome de Stendhal que unió a Ozuna y Beéle en un álbum: ‘Todo lo que hicimos estaba dentro de los parámetros del peligro’

Un viaje a Ibiza, una luna naranja, el número 5, y la conexión entre un oso y un gorila que inspiró su nuevo álbum juntos.

¿Qué pasaría si un oso y un gorila se unieran? Si habláramos en términos de la naturaleza, su convivencia sería altamente improbable y peligrosa debido a sus diferencias biológicas, conductuales y de hábitat. Pero en el caso de Ozuna, quien se representa como un oso desde su época de Odisea, y Beéle, quien ha usado como imagen el gorila, fue todo lo contrario.

Lo que en teoría no debería haber funcionado en medio de música, viajes y estudios improvisados, terminó dando origen a un universo en común que dio vida a Stendhal.

La primera vez que los vimos juntos, y empezamos a sospechar que algo se estaba cocinando entre los dos, fue hace apenas un par de meses, durante la ceremonia de los Premios Billboard de la Música Latina en Miami, cuando presentaron el primer track del álbum, “Ale”.

Coincidencialmente hoy 5 de diciembre, la fecha en que el álbum ve la luz — y un número cargado de simbología que marcó todo el proceso —, es también el día en que Ozuna y Beéle posan juntos para la primera portada en la historia de Billboard Colombia. Mientras que afuera Bogotá está fría y lluviosa, dentro del estudio se siente calor y no solo por las luces y los flashes de las cámaras, sino por la energía que irradian los dos. Química pura entre dos amigos que, sin pretensiones y sin siquiera planearlo, terminaron logrando una de las colaboraciones más inesperadas del 2025.

Para Beéle, en un año decisivo con varios hits en el top 10 del Hot 100 Colombia, “La Plena” como la canción más escuchada del país y su primera nominación al Latin Grammy, ser parte de la primera portada de Billboard Colombiatiene que ver con el sentimiento mismo de este disco. “Cuando ves algo por primera vez, conectas con ello y entiendes la profundidad. En esta ocasión nos juntamos para hacer historia de una manera divertida”, dice.

ozuna y beéle stendhal
Ozuna y Beéle / Sebastián Piernagorda Peña

Sin embargo, lo que lo hace más especial, es esta unión con el astro puertorriqueño que en su adolescencia fue uno de sus ídolos, alguien a quien nunca imaginó conocer. Su primer acercamiento fue a través de su mánager, cuando el joven barranquillero ni siquiera tenía en planes hacerle un remix a “Frente al mar”,su pegadiza canción de pop tropical que Ozuna remezcló dos meses después de su lanzamiento, en diciembre de 2024.

“Después de ‘Frente al mar’ me volví super fan”, dice Ozuna. Tanto, que empezó a asistir a sus shows en Miami y entendió de inmediato la química y conexión que tenía con Beéle. Para Ozuna, quien fue portada de Billboard en 2019, compartir al lado de Beéle tiene un sentimiento especial. A pesar de llevarle 10 años (Ozuna tiene 33, Beéle 23), tiene claro que está colaborando al lado de un grande. “Como este cab–n, digo yo, nacen cada 100 años, aparte de que es un buen ser humano, es un súper músico”, dice.

La emoción la mantienen intacta ambos, como si fuera el primer día. “Uno no puede perder la capacidad de sorprenderse”, dice Beéle, como su mantra de vida. Su discurso, lejos de la euforia del éxito, habla de propósito, pasión y de levantarse sin saber qué trae el día a día, pero con la certeza de que debe disfrutarlo. Bajo esta misma premisa fue que crearon todo su álbum.

Stendhal, que “nació de una manera y terminó de otra forma”, según Ozuna, es la muestra de que “las cosas cuando no se planean, salen mucho mejor” — una frase que los dos repitieron a lo largo del día, y además, una de las lecciones que marcó a Ozuna en todo este proceso. “Lo aprendí con este caballero que está aquí, que me dijo, ‘sin tanta, tanta, vamos de una’», cuenta el cantante boricua. «Y eso es algo que me llevo de él, que no hay que planear tanto”.

Aunque están lejos del mar, mientras posan, cantan las canciones del álbum que ambientan el estudio, como si siguieran en aquellas playas de Ibiza, donde una luna naranja — la misma que luego marcó la estética del proyecto — alumbró la noche que nació Stendhal, cuando entre tantos temas de conversación que surgieron llegaron al síndrome de Stendhal, esa conmoción ante el arte que los representa. Fue ahí cuando entendieron que ese sería el nombre del disco.

Lo curioso es que nada de esto estaba planeado. Ni un álbum, ni un EP, ni siquiera una colaboración formal. Primero grabaron “Liberal”, la que se suponía que debería ser su única colaboración, pero después llegó “One and Only” y luego, con su viaje a Ibiza, terminaron con ocho canciones más. “Fue por diversión, literal. Seguimos haciendo canciones, canciones y canciones…”, recuerda Ozuna.

Después, casi por arte de magia, la simbología del número 5 empezó a marcar el camino para seguir. “Fue un número que nos conectó. Ni lo buscábamos, pero lo veíamos todo el tiempo mientras hacíamos el disco. Yo me compré un carro y en mi carro decía 555. Y nosotros en total hicimos 15 temas”. La elección de lanzar el proyecto un 5 de diciembre cerró el círculo simbólico del número que los acompañó.

Sentados juntos con Billboard Colombia, Ozuna y Beéle hablaron de Stendhal, un álbum “disruptivo” de dos “pequeños rebeldes” que fluyó entre chistes internos, sampleos inesperados, madrugadas tan ruidosas que casi los dejan vetados de Ibiza, y una amistad con química creativa.

ozuna y beéle
Ozuna y Beéle / Sebastián Piernagorda Peña

Se conocieron en “Frente al mar”, hubo feeling, pero ¿de dónde salió la idea del álbum?

Ozuna: No fue una idea, no fue un plan. Para nosotros no fue un álbum, fue como hacer un parche, hacer un junte, conocernos, saber lo que nos hace sentir bien dentro de la música. Nos conectamos tanto. Empezamos por una canción, “Liberal”, y de ahí yo no quería tampoco abrumar mucho con “quiero hacer otro tema” y en un momento dije: “Se lo voy a enseñar”. Cuando le enseñé el otro tema, que fue “One and Only”, me dijo: «No, nosotros tenemos que hacer un EP». Entonces empezamos en ese proceso de hacer un EP. Cuando nos juntamos en Ibiza, ahí dijimos, tenemos como ocho o diez canciones y este man dice: “Vamos a hacer un álbum”.

Beéle: Sí, en la primera noche, literal, hicimos como ocho temas. Ese día salió “Te culié”, como hasta las 8:00 de la mañana estuvimos todos jod–ndo. También salió “Playa Marina”, salieron muchos y recuerdo que ahí fue donde dijimos, “pero ya nos pasamos de un EP, que son como seis canciones. Vamos a hacer un disco”.

Y yo le dije, «¿Tu qué nombre pensarías para un disco?». Ese día era el día que teníamos la luna enfrente y estaba naranja. Por eso es que la luna es naranja [en la portada del álbum], porque teníamos una luz naranja inmensa, grandísima, alumbrando todo el mar de Ibiza. Y yo le comenté sobre el síndrome de Stendhal y yo creo que eso nos hizo volvernos más locos. Al día siguiente y todos los días a partir de ahí, comenzamos a profundizarlo.

Ozuna: Empezamos a construir todo del álbum, el arte, el concepto, cómo le íbamos a llamar a los temas, cómo tenían que empezar, terminar, cuál iba a ser el tracklist. Hicimos muchas cosas… No nos dimos ni cuenta cuando hicimos las 14, 15 canciones.

Beéle: Yo recuerdo que nosotros terminamos todo aquí en Bogotá, un día así normal y dijimos: «No, ya hay 14, terminamos todos los temas». Y de repente, Ozuna dijo: “Bueno, vámonos». Terminamos en Puerto Rico en la madrugada, y al día siguiente: “No, vamos a hacer un video”. Después no fue uno solo, sino 14. Cada canción ya tenía su propio video. Lo hicimos literal chilleando. Lo disfrutamos pero de otro nivel, real.

¿Cómo fue ese viaje a Ibiza? ¿Por qué terminaron dando vida al álbum en la isla?

Ozuna: Primero estábamos de tour en verano y conectamos en Ibiza, teníamos uno o dos temas, que era “Liberal” y “One and Only”. Dijimos vamos a encontrarnos y vamos a seguir construyendo. Cuando fuimos la primera vez, esa semana, Beéle me dijo: “Yo voy a hacer unos shows, pero regreso otra vez”. Y volvimos a Ibiza… Ibiza nos trajo mucha vibra, creo que es por el lugar donde estábamos, era como un aura.

Beéle: Los dos primeros temas que empezamos lo hicimos en Puerto Rico. Y ya lo que fue “Ale” y el resto de temas los terminamos aquí en Bogotá, los hicimos acá. Claro, eran la cereza del pastel.

Ozuna: En Ibiza nosotros hicimos “Pikito”, “Playa Marina”, el dembow, que fue la de “Te culié”, “Innombrable”, “Se ve”…

Beéle: Salieron demasiados, casi la mayoría. Nosotros acá [en Bogotá] terminamos haciendo como dos o tres temas más. Y terminamos de mezclar, y jod-r, y regrabar, diciendo vamos a hacer lo mejor, la gente se merece lo mejor.

Ozuna y Beéle
Ozuna y Beéle / Sebastián Piernagorda Peña

¿Por qué coincidieron en que esa noche de Ibiza tenía que marcar todo el concepto del álbum?

Beéle: Es que fue a lo largo de los días que nos fuimos dando cuenta de todo. Creo que en Puerto Rico, empezamos hablando de que veíamos el 5 por todos lados. Siempre decíamos que este era el número del renacer, de volver a descabronar la vaina como Dios manda, a reencontrarte con cada una de las canciones. Y fuimos conectando con cada cosa.

Ozuna: Ese color del disco nos lo dio la noche. Esa noche la luna tenía ese mismo color y le tomamos una foto. Yo se la envié y me dijo, “papi, ese color es el que tiene que ser”.

Beéle: Nos encontramos tanto haciendo este disco como personas, que quisimos mostrar ese lado de nosotros… Es solo como que hay que disfrutarlo. Siéntanlo igual.

Cuéntennos más sobre el síndrome de Stendhal que terminó dándole el nombre al álbum.

Beéle: Es el síndrome de la adicción al arte. Hay personas que no se dan cuenta de eso, pero cuando ven una obra de arte o un paisaje, o una canción que te producen ese sentimiento de llorar, te sudan las manos, se te hace un nudo en la garganta. Creo que todos en alguna parte de la vida vivimos ese tipo de sensaciones en relación al síndrome de Stendhal, y conectarlo con la música creo que fue una coletera, porque el arte de nosotros es ser nosotros.

¿Quieren que Stendhal transmita al público esa misma sensación?

Ozuna: Claro, creo que ya estoy viendo los comentarios de la gente en las redes conectando con los colores, con la vibra. Creo que la gente estaba en un mood de un sonido y nosotros traemos algo bien diferente. Beéle con su disco de Borondome recuerda a esos tiempos cuando nosotros nos preguntábamos, ¿qué es lo que podemos hacer nuevo? Mezclar el reggaetón y salimos con Odisea [primer álbum de Ozuna de 2017 con el que tuvo su primera entrada en el Billboard 200 de todos los géneros, en la posición No. 22].

¿Cuál sienten que ha sido el mayor reto creativo de todo Stendhal

Ozuna: Yo creo que no encontré retos. Fluía tanto que las cosas salían solas. Él decía un punchline y yo decía otro. Con el ritmo, teníamos a Flambo ahí en los instrumentales y el Cardi grabando las voces, que es un animal.

Beéle: Llegaba un punto en el que nomás nos mirábamos y era como que… “sí, esto”.

Ozuna: Y él me decía, tíralo otra vez. Puede quedar mejor, pero sube más.

Beéle: También tener las opiniones de él y decir como “wow, estoy con él en el estudio”, para mí también era como que algo sorpresivo y algo súper nuevo. Todo el tiempo era disfrutar de las opiniones del otro. Era súper orgánico.

Ozuna y Beéle
Ozuna y Beéle / Sebastián Piernagorda Peña

¿Cuál es el aprendizaje más valioso que se llevan de Stendhal y de esta amistad?

Beéle: Yo creo que lo loco para mí fue cag–nos de la risa, echarnos a reír porque nos dimos cuenta que hicimos un fuc–ng álbum durísimo. Eso era de otro planeta, o sea, fue como sentarnos a decir: “Diablos, ni nos dimos cuenta, pasó rápido”.

Algo que yo admiro de Ozuna, es que a pesar de los años, desde que empezó su carrera, es que no importa lo que pase en el proceso y en el trayecto de cumplir los sueños, lo importante es divertirse. Lo loco es que, imagínate cuando se junta el hambre con la gana de comer. (Risas).

Ozuna: Yo realmente lo más que me llevo de Beéle es la consistencia. La consistencia en el trabajo y de mantener siempre su música en alto nivel. Sin importar el tiempo, sin importar si estamos ocho horas o un día entero en una sola barra o en un cantito de la pista, eso me lo llevo. Porque realmente estaba acostumbrado a un círculo en el que vamos al estudio y nos salía automático, y no, siempre hay algo más que descubrir y en este álbum descubrí muchas cosas de mí.

Beéle: A mí me sorprendió muchísimo lo organizado que es. Si él sabe que tienes que hacer algo, este man puede durar 38 o 47 horas sin dormir. Él acuesta a dormir al que sea. No sé dónde lo apagan. Polo, ¿dónde se apaga? (grita entre risas a un miembro del equipo de Ozuna).

¿Hay alguna canción de las 14 que los represente a los dos, o a cada uno por individual?

Beéle: “Ale”. Yo siento que nos representa a los dos.

Ozuna: Si, “Ale” representa nuestro gusto adquirido, como dice Beéle. Nos representa lo que es la noche, que nos gusta salir, no somos tipos de… a lo mejor salir de día, es como que ya después de las 6:00 a.m. es que empieza nuestro día. Y nuestra mente carga tantas ideas, tanto contenido para demostrarlo, que como la letra dice: “Mi mente es un museo y nadie nos va a entender”. Solamente nos entienden haciendo música. Pero mi favorita es “Volcán”.

Beéle: Y la mía “Se ve”. Esa canción es pa’ gritarla, bro.

El álbum tiene referencias que han sorprendido a muchos, empezando por la frase icónica de la serie Pablo Escobar: El Patrón del Mal con la que abre “Ale”. ¿De quién fue la idea?

Beéle: Yo la había dicho y en ese momento, él me dijo: “Yo en la mañana vi un TikTok de eso”. Y yo, “papi, estamos conectados, pongámoslo”. Y ya, fue así, y así cualquier estupidez que se nos ocurría era súper OK, vamos con eso.

Ozuna: Sí, siempre fue 50 y 50, todo el álbum es un 50/50.

¿Y el sampleo de “Aserejé” de Las Ketchup en “Te Culié”?

Beéle: Del negro [Ozuna], tú sabes.

Ozuna: No, realmente es sangre dominicana… el dembow y todo. Teníamos un productor amigo de nosotros que hace dembow y estábamos buscando hacer algo distinto a lo que ya habíamos hecho en afro, eran las 6:00 de la mañana en Ibiza y teníamos una súper bocina afuera, y queríamos hacer algo bien, bien, bien diferente. Entonces Beéle sale con el palabreo de… (hace el ritmo del coro de la canción balbuceado) y yo dije, hay que hacer un dembow que sea con esa velocidad.

Beéle: Bueno, tú sabes que en [República] Dominicana el dembow tiene ese flow del sampleo, que se samplean muchas canciones. Entonces el productor mandó varias referencias como tal, pero para nosotros es… “La quechu, la quechu, la quechu” (haciendo referencia a Las Ketchup). Quedó demasiado duro. Llegamos a la conclusión, entre tantas cosas filosóficas que uno podría decir en la vida dentro de los artículos de los factos, que… desculeada no hay.

¿Y el clásico de Aventura “Enemigos” en su canción del mismo título?

Beéle: Es que esa tiene lo suyo y hay gente que no lo quiere aceptar. Mira, la letra de esa canción dice la realidad: Hay quienes no aceptan que estamos durmiendo con las personas equivocadas. “Mami, tenemos que volver a dormir juntos”. Eso fue algo que también nació junto con el equipo porque en verdad nos rodeamos de gente increíble para hacer este disco. En esta ocasión, obviamente Ovy [On The Drums] y Keityn son hermanos, son familia, y trajeron esta idea un día que llegaron a Ibiza también. Y jod–os… es que todo fue parche.

Ozuna: Yo creo que nunca fuimos al estudio sin que saliera nada.

Ozuna y Beéle
Ozuna y Beéle / Sebastián Piernagorda Peña

¿Cuál fue la canción que sintieron que fluyó más rápido? ¿Y la que se tardaron un poquito más?

Ozuna: “Te culié” fue la más rápida, ¿no?

Beéle: Sí, “Te culié”. Pero yo siento que una canción a la que le metimos mucha mente y mucho trabajo fue “Innombrable”, porque esa tuvo tres pistas diferentes y hasta la voz, se la cambiaron. Un día, creo que tú [Ozuna] todavía no habías llegado, ibas a llegar ese día. Yo te mandé un video de que íbamos a cambiar la pista y yo le dije a Flambo: “Eso es un jersey” [un estilo de electrónica más rápido que el dembow y popular en Nueva Jersey]. En cinco minutos Dexter tuvo esa poción química y ya, pero sí, no nos demoramos tanto. Fue como un mes de chilleo que estábamos separados y estábamos tirando todo por el teléfono. Yo creo que esa canción la trabajamos entera todo un día.

¿Cuál es la mejor anécdota que tienen juntos de Stendhal?

Beéle: Uy, la histórica es la de que casi nos botan de Ibiza.

Ozuna: Nosotros no conocemos mucho lo que es la isla de Ibiza. Vamos simplemente a vacacionar y respetamos mucho España… Estábamos haciendo música en una casa, en la piscina al aire libre, teníamos una súper bocina y estábamos escuchando música. Se nos pasaba el tiempo y no nos dábamos cuenta. Nos llegó el día, la mañana, y habíamos terminado el dembow de “Te culié” y estábamos tan emocionados que la escuchamos como 50 veces. A las 7:00 de la mañana. Al parecer un vecino llama a la policía y envía los videos: “Mira cómo es que se escucha la canción y todo el ruido”. Y en Ibiza si te cogen haciendo ese tipo de cosas, te sacan de la isla y no puedes ir más. Pero bueno, no nos sacaron.

Beéle: Lo importante es que todo lo que hicimos estaba dentro de los parámetros del peligro y no nos pasó nada. (Risas).

¿Cómo se diferencia Stendhal de los proyectos que han hecho cada uno?

Beéle: Uno que ama tanto la música y disfruta tanto lo que hace, lo que marca para mí son los momentos… Fue como vivir una nueva etapa, una nueva vida. Y creo que más allá de las canciones, los recuerdos, el alma es la que nunca olvida y los recuerdos son para disfrutarse la vida.

Ozuna: Esas fotos quedan en la mente, compartir los momentos que pasaron, todas estas canciones, todo el proceso de cómo se hizo, es algo que es inolvidable. Se va a quedar para siempre. Full.

¿Qué representa Stendhal y la unión de Ozuna y Beéle en este momento de su vida?

Ozuna: Uf… muchas cosas. Representa un nuevo comienzo y un nuevo reto musicalmente, tanto para mí, como sé que para Beéle también. Mucho aprendizaje, lo que es conocer una buena persona, compartir muchas ideas. Sé que no solamente vamos a terminar haciendo Stendhal. Cuando menos piensen, vamos a volver hacer algo uno con el otro.

Beéle: Es así. Mira, para mí hacer este disco fue algo mágico, porque prácticamente es una cachetada que me da la vida de poder abrirme y confiar. En que en medio de toda la locura y de tanta gente mala, puedes encontrar gente buena. Y que más allá de un disco, somos hermanos, ¿me entiendes? Aquí estamos para apoyarnos el uno al otro. Él sabe que tiene un gorila al lado.

¿Qué vamos a ver de Ozuna y Beéle después de Stendhal? ¿Creen que puedan hacer una gira juntos?

Ozuna: Vienen muchas cosas. Nosotros no planeamos; si lo planeamos, no fluye igual ni sentimos esa vibra creativa con la que hicimos este álbum.

Beéle: Sí, yo creo que falta el respeto a la vibra.

Ozuna: Sí, sí, sí. Eso va a salir y tú lo vas a ver. Tú vas a decir, está cab–n. Estén pendientes. Yo creo que yo también estaría pendiente. Hagan lo que tengan que hacer, pero estén pendientes que nosotros vamos a hacer lo mismo. Te llamo y te llamo. Yo no me demoraría.

Ozuna y Beéle
Ozuna y Beéle / Sebastián Piernagorda Peña

 

Written By
Luisa Fernanda Peña